The White Stripes - I Just Don't Know What To Do With Myself - Model: Kate Moss
E. SANSIGRE | MADRID
El erotismo y el rock han ido siempre unidos. Recientemente salía la enésima polémica en el mundo de la música por unas imágenes «subidas de tono». La versión del «Sad eyes» de Bruce Springsteen hecha por Enrique Iglesias, ha sido presentada estos días en la red con un vídeo en el que el cantante se masturba ante unas imágenes en las que aparece una actriz porno, un clip que fue vetado por MTV y rodado hace ya nueve años por el controvertido fotógrafo David LaChapelle.
Y es que no es la primera vez que la música crea polémica por su estrecha relación con el sexo o el erotismo. Elvis Presley fue vetado en el famoso Show de «Ed Sullivan» durante su debut en Los Angeles por los movimientos pélvicos de su característico baile, lo que después, junto a su voz, le haría famoso. El propio Sullivan calificó la actuación de «sucia y vulgar» y censuró encuadrando la imagen de Elvis de cintura para arriba.
También Madonna, la reina del pop, causó escándalo con el vídeo de «Justify my love», que abrió una etapa en la que decir «Madonna» era decir escándalo, erotismo y fetiche.
Pero sin remontarse mucho al pasado, cada año son más los que se atreven a sugerir o mostrar explícitamente contenidos sexuales escapando al control de la televisión, y gracias a la plataforma Youtube que, sin embargo, también veta estos «lujuriosos» vídeos. La provocación y la posterior censura o desaparición del contenido contribuyen a la promoción, lo que, muchas veces, persigue todo esto.
The White Stripes, una banda que ya utilizó la confusión sobre la relación que mantenían sus miembros, Jack y Meg White, sugiriendo que podían ser hermanos, pareja o ambas cosas, recurrió en 2007 a la siempre controvertida Kate Moss para el single de «I Just Don't Know What To Do With Myself» en la que la modelo británica baila en una barra vertical como una auténtica «stripper».
Pero aún sólo en este año 2009 se pueden recopilar más clips con el sexo como protagonista:
Barriendo para casa, el grupo español Pereza abrió el año con el sugerente vídeo de la canción «Margot» en el que una chica se masturba mientras Leyva le canta «¿Dónde estarás esta noche, mientras te hago esta canción?». En el momento del clímax aparecen en la habitación y junto a la cama, el dúo madrileño, para sugerir todavía más.
Poco después, en febrero y continuando con aquello a lo que ya tenía acostumbrado al público, Lady Gaga presentó «LoveGame», en el que las escenas lésbicas y que sugieren «ménage a trois» proliferan; la cantante ya había creado polémica cuando filtró una información falsa de que era hermafrodita, algo que repitió en una entrevista y de lo que hace poco se retractó. No conformándose con «LoveGame», Lady Gaga presentó en junio «Paparazzi», menos erótico pero con contenido sexual explícito.
Shakira había abierto la veda de su nueva imagen «Lolita» en 2007 con «Las de la intuición». Aunque sus vídeos anteriores contienen imágenes de la cantante colombiana moviéndose con su particular estilo y mostrando una fuerte carga sexual (véase el vídeo que rodó con Alejandro Sanz para «La tortura») mostró su lado más sensual en el vídeo «She Wolf» («La loba» en su versión española, un título que tampoco deja a la imaginación el significado de la letra) en la que, enjaulada, baila y se contorsiona con una malla que imita el color de la piel y sugiere desnudez.
Por su parte, Rammstein, el grupo alemán de hardcore más conocido en Europa promocionaba en septiembre su single en inglés «Pussy» con un vídeo tan explícito como su letra: sexo, pornografía y lujuria. El vídeo, que no sorprende viniendo de una banda cuyo espectáculo en directo suele venir acompañado de las «salidas de tono» de su líder Till Lindemann, fue censurado por toda la Red.
Si la vida del músico sigue aparejada al ya casi refrán «Sex, drugs and rock'n'roll» será por la contínua aparición de estos vídeos, fotografías y canciones, pero sobre todo por la reacción de la censura, que lo hace todavía más provocativo, y por tanto, más tentador y popular.
El erotismo y el rock han ido siempre unidos. Recientemente salía la enésima polémica en el mundo de la música por unas imágenes «subidas de tono». La versión del «Sad eyes» de Bruce Springsteen hecha por Enrique Iglesias, ha sido presentada estos días en la red con un vídeo en el que el cantante se masturba ante unas imágenes en las que aparece una actriz porno, un clip que fue vetado por MTV y rodado hace ya nueve años por el controvertido fotógrafo David LaChapelle.
Y es que no es la primera vez que la música crea polémica por su estrecha relación con el sexo o el erotismo. Elvis Presley fue vetado en el famoso Show de «Ed Sullivan» durante su debut en Los Angeles por los movimientos pélvicos de su característico baile, lo que después, junto a su voz, le haría famoso. El propio Sullivan calificó la actuación de «sucia y vulgar» y censuró encuadrando la imagen de Elvis de cintura para arriba.
También Madonna, la reina del pop, causó escándalo con el vídeo de «Justify my love», que abrió una etapa en la que decir «Madonna» era decir escándalo, erotismo y fetiche.
Pero sin remontarse mucho al pasado, cada año son más los que se atreven a sugerir o mostrar explícitamente contenidos sexuales escapando al control de la televisión, y gracias a la plataforma Youtube que, sin embargo, también veta estos «lujuriosos» vídeos. La provocación y la posterior censura o desaparición del contenido contribuyen a la promoción, lo que, muchas veces, persigue todo esto.
The White Stripes, una banda que ya utilizó la confusión sobre la relación que mantenían sus miembros, Jack y Meg White, sugiriendo que podían ser hermanos, pareja o ambas cosas, recurrió en 2007 a la siempre controvertida Kate Moss para el single de «I Just Don't Know What To Do With Myself» en la que la modelo británica baila en una barra vertical como una auténtica «stripper».
Pero aún sólo en este año 2009 se pueden recopilar más clips con el sexo como protagonista:
Barriendo para casa, el grupo español Pereza abrió el año con el sugerente vídeo de la canción «Margot» en el que una chica se masturba mientras Leyva le canta «¿Dónde estarás esta noche, mientras te hago esta canción?». En el momento del clímax aparecen en la habitación y junto a la cama, el dúo madrileño, para sugerir todavía más.
Poco después, en febrero y continuando con aquello a lo que ya tenía acostumbrado al público, Lady Gaga presentó «LoveGame», en el que las escenas lésbicas y que sugieren «ménage a trois» proliferan; la cantante ya había creado polémica cuando filtró una información falsa de que era hermafrodita, algo que repitió en una entrevista y de lo que hace poco se retractó. No conformándose con «LoveGame», Lady Gaga presentó en junio «Paparazzi», menos erótico pero con contenido sexual explícito.
Shakira había abierto la veda de su nueva imagen «Lolita» en 2007 con «Las de la intuición». Aunque sus vídeos anteriores contienen imágenes de la cantante colombiana moviéndose con su particular estilo y mostrando una fuerte carga sexual (véase el vídeo que rodó con Alejandro Sanz para «La tortura») mostró su lado más sensual en el vídeo «She Wolf» («La loba» en su versión española, un título que tampoco deja a la imaginación el significado de la letra) en la que, enjaulada, baila y se contorsiona con una malla que imita el color de la piel y sugiere desnudez.
Por su parte, Rammstein, el grupo alemán de hardcore más conocido en Europa promocionaba en septiembre su single en inglés «Pussy» con un vídeo tan explícito como su letra: sexo, pornografía y lujuria. El vídeo, que no sorprende viniendo de una banda cuyo espectáculo en directo suele venir acompañado de las «salidas de tono» de su líder Till Lindemann, fue censurado por toda la Red.
Si la vida del músico sigue aparejada al ya casi refrán «Sex, drugs and rock'n'roll» será por la contínua aparición de estos vídeos, fotografías y canciones, pero sobre todo por la reacción de la censura, que lo hace todavía más provocativo, y por tanto, más tentador y popular.
Fuente: ABC, Youtube
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