miércoles, 4 de noviembre de 2009

"Por derecho propio"

Se destaca en la obra "El regreso del Tigre", junto a Brandoni y Contreras. Desde el jueves estará en la cartelera de cine con "Tres deseos". "Me siento buscada, tenida en cuenta. Me gané mi lugar", asegura.

Por Javier Firpo

Concretar el encuentro con Florencia Raggi fue duro, prolongado, con horarios imposibles de compatibilizar. Por eso, cuando se llegó a un "acuerdo", se presumía, a priori, cierta tirantez. Nada de eso. Una sonrisa cálida, espontánea y amiga enmarca en todo momento ese rostro delicado, que habla, que dice y que la ayuda para ser mejor actriz. La cita es en Fermín, un bar del Complejo La Plaza, donde protagoniza "El regreso del Tigre", junto a Luis Brandoni y Patricio Contreras. Salvo por esa silueta de sílfide, nada parece haber quedado de aquella modelo. "A veces, hasta yo me sorprendo de mi vida como modelo. Pero no me arrepiento. Viajé, gané mi platita y se me dio fácil. Además, siempre tuve claro que sería algo transitorio", explica Raggi.

¿Y la actuación no se te dio también con facilidad?

(Primero dice un no tajante, aunque reconoce que sí se le abrieron las puertas). Sí, me costó formarme, no entrar... Es que me di cuenta que la pasión estaba en el escenario, no en la pasarela. Como actriz tengo que pelearla, formarme, estudiar, competir...

Desde el jueves se la verá en el film "Tres deseos" (junto a Julieta Cardinali y Antonio Birabent), y luego llegará "Cómplices del silencio" (de Stefano Incerti). Sobre "Tres deseos" afirma: "Habla de los deseos frustrados, de cuándo empieza y cuándo termina el amor, y de si se puede amar a alguien de quien uno se está separando".

¿Se puede?

Yo creo que si se ama a alguien realmente, todo se supera.

¿Qué podés decir de la obra teatral "El regreso del Tigre"?

Es un placer actuar con estos dos gigantes que son Brandoni y Contreras. Por ellos agarré el trabajo de una. Era una chance que no podía desaprovechar. Priorizo con quién trabajo, porque en la actuación se recibe del otro, es un ida y vuelta constante.

A Raggi se la nota visceral, sanguínea, y su rostro pincelado transmite movimiento. "Para mí, el amor es una energía positiva, creadora, que atrae", define la mujer de Nicolás Repetto.

Hace poco dijiste algo así: "Estoy aprendiendo a no querer llegar a ningún lado". Suena bien, pero ¿qué significa?

Que el foco no sea sólo el objetivo, sino que importe el propósito. A lo que voy es a que vale la pena también el camino que se va recorriendo, más allá de los frutos.

Si bien no venís del palo de la actuación, tu carrera es cada vez más sólida. ¿Estás para "las grandes ligas"?

Me siento consolidada, voy de a poco cosechando y logrando el objetivo, que es ser mejor actriz. Sí advierto que voy teniendo certezas sobre mi trabajo. Me siento buscada, tenida en cuenta y yo avanzo derribando mis propios límites. Me gané mi lugarcito por derecho propio.

Vos estudiaste con Julio Chávez cuando tenías 23 y recién empezabas... ¿Recordás algo de aquellas primeras armas?

Sí, Julio me dijo: "¿Cuándo vas a dejar de ser modelo?". Si bien yo me estaba planteando abandonar el modelaje, lo de Chávez me sorprendió, me desacomodó, y se lo agradezco. Para mí él era como Dios, y eso que me dijo aceleró mi decisión. Yo sentía que la modelo se estaba secando y la actriz que quería florecer.

¿Qué defecto tenés como actriz?

Soy muy culposa, y tengo que aprender a aceptar lo que hay, cómo soy. De todas maneras, tengo el convencimiento de que lo que hago es digno y eso me mantiene tranquila.

Por tu pasado de modelo, ¿te sentiste prejuzgada?

No lo padecí mucho. Si bien la sensación estaba latente, nunca me achiqué ni me hice cargo de lo que se pensara respecto de mi procedencia.

Hiciste algunos desnudos y escenas fuertes. ¿Se te explota más por tu belleza?

Para nada, y menos con el perfil bajísimo que tengo yo. Aparte, no tengo 20 años, creo que para eso hay otro tipo de actrices. Soy una mujer de 36 años, con cuerpo armonioso pero nada más. No pongas esto, puede sonar pedante (se publica porque no suena así).

O sea que no tenés pudor de mostrar tu cuerpo...

Cero prurito. Me encantan los cuerpos desnudos, son bellos más allá de las medidas. Sin embargo, no me gusta exponerme sin sentido, tiene que ser un desnudo que se justifique.

Fuente: La Razón

No hay comentarios: