martes, 3 de noviembre de 2009

Pepsi Music 09: Faith No More, reyes por un día

Faith No More. Foto de Leo Liberman.

La banda liderada por Mike Patton brindó el show principal de la fecha que cerró Die Toten Hosen; crónica y fotos de toda la jornada.

No es fácil revertir el pesimismo; mucho menos si el pesimismo te condiciona desde el nombre. Y quién iba a imaginar que, después de más de una década, Faith No More volvería a juntarse no sólo para regresar a los escenarios sino para reivindicar ese nombre y, también, dejar contentos a quienes no tuvieron la posibilidad de verlos en vivo en el 91 o en el 95, las únicas dos veces que tocaron suelo argentino.

La reivindicación, en este caso, no es otra cosa que la simple actualización del recuerdo: un update de aquellos temas (porque no hay nuevos y no los habrá) que consolidaron a la banda allá lejos, cuando corrían los locos noventa y Mike Patton era pelilargo. Ahora, aunque sin pelo largo, Patton luce aún más anacrónico: traje, gomina, bastón y bigotito. Para empezar, el clásico de fines de los setenta "Reunited" -del dúo Peaches & Herb, cantada a dos voces con el tecladista Roddy Bottum- sigue esa línea y constituye un guiño a la circunstancia del regreso: "Reunited and it feels so good, reunited ´cause we understood" (algo así como "Reunidos y nos sentimos bien, estamos reunidos porque entendimos").

Pasado el preámbulo, el Second Coming Setlist. Con versiones 2.0 de los clásicos (de los discos que tienen a Patton como vocalista, de los otros dos, sólo tocaron "We Care A Lot"), FNM cumplió con el objetivo de la presentación y, además, dejó lugar a que el frontman navegara a través de sus infinitas voces. El tipo, se sabe, es muchos tipos en uno: capaz de emitir los sonidos más graves y tenebrosos (death growls para "Land Of Sunshine", "Caffeine") o esos alaridos agudos pero guturales ("Surprise! You´re Dead") y susurrar (como en "Last Cup of Sorrow"), rapear ("Epic"), asumir el rol de crooner (como en "Evidence", que cantó en un castellano muy elemental, malo)... Y esa versatilidad, claro, se refleja en el resto de la banda o, más bien, es la esencia misma de la banda: la imposibilidad de definir un estilo, la combinación de todos los estilos y ese resultado extraño pero sólido.

Que "Easy" no podía faltar era sabido y, sí, también asumido por aquellos que reniegan de ese (cover y) hitazo que jamás dejará de sonar en Aspen. El solo de Jon Hudson y la confirmación viva de porqué seguirá siendo un éxito radial. Otro cover, "I Started a Joke" de los Bee Gees promedió el tracklist después de que el estadio, repleto, coreara el estribillo de "Midlife Crisis".

Para terminar, el mush up del tema de Scarface (incluido en el álbum de Fantomas, banda paralela del frontman, Director's Cut) con "Collision" denotó que la explosión final estaba por suceder. Pasada la épica del regreso, la promesa de una futura visita fue hecha por Patton usando la camiseta argentina; otro que cae en esta actitud demagógica (y van, aunque a su favor cabe señalar que era la Reebook del Mundial 98: demagogia vintage). Pero después de haberlo visto en escena una vez más, ¿a quién le importa demasiado ese último gesto?

Fuente: rollingstones

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