viernes, 20 de noviembre de 2009

“La realidad no está en un cajón”

Julia Varley explora el mundo interior. Dramaturga y actriz inglesa del grupo Odin Teatret esta noche presenta en la casa de los Yuyachkani la obra Las mariposas de Doña Música.

Pedro Escribano.

Esta noche, cuando el reloj marque las 9, la actriz inglesa Julia Varley estará en el escenario interpretando una obra de su creación: Las mariposas de Doña Música.

Varley, con la dirección de Eugenio Barba, participa en el marco del Festival Internacional de Mujeres Creadoras de Yuyachkani, que forma parte del Proyecto Magdalena que reúne a mujeres creadoras de todos los continentes.

En Las mariposas de Doña Música la actriz y dramaturga plantea un viaje al interior; es decir, merodea la identidad. El personaje de la obra trata de explicar su origen, recurre a la física moderna y al símbolo de la metamorfosis.

–¿Busca asir la identidad?

–Complejo. En el espectáculo, el espectador ve a un personaje, pero en él también ve a la actriz, que es la parte profesional del trabajo en escenario, pero asimismo ve a Julia, que es mi persona. Entonces, el diálogo es un poco intra entre el personaje, la actriz y la persona, pero claro, cuando está en el escenario todos ellos se mezclan y el espectador no sabe bien si está viendo a una o las otras representaciones.

–El personaje busca explicarse por la ciencia.

–Sí, la multiplicidad del personaje la pongo junto a conceptos de la teoría de la física subatómicas, que dice que la realidad está en continua mutación y que uno no la puede conocer porque en el momento en el cual se cree reconocer algo, esta cambia.

–¿La metamorfosis de la mariposa es una metáfora?

–Sí, la pregunta es si la mariposa viene de la crisálida o viene del gusano. Uno se pregunta dónde, en qué momento está la vida. La vida está en el curso de la transformación.

–Hay teatro épico, el suyo es más bien intimista.

–Creo que el teatro tiene una cualidad: está basado en las acciones, y las acciones contienen verdades que pueden ser opuestas y muchos de los discursos que uno puede decir éticos, políticos o sociales tienen la tendencia de presentar la realidad como si fuera algo plana, que no tiene contradicciones, repercusiones. Mi teatro sin tener un discurso político tiene una visión política que señala que la realidad no es algo que uno puede tener en un cajón. La realidad es mutante.

Teatro para pensar

–¿Cuál es el teatro que le gusta: el que divierte, el que deja pensar o el que plantea una ética?

–Yo creo que las tres cosas tienen que estar presentes en un espectáculo teatral y no que el espectáculo vaya en una sola dirección. Por ejemplo, en lo grotesco existe el divertimento, el drama y al mismo tiempo algo que te hace tomar posición respecto a lo que pasa en el mundo, pero no te dice con el espectáculo “tienes que pensar así”. El teatro te invita a reflexionar.

El dato

Mañana Sábado 21. Ina, de Domo, teatro Chile. Con Verónica Moraga. 6 pm. Polvo de Rocío (Suiza-Argentina) Teatro delle Radici. Texto y dirección de Cristina Castrillo. 9 pm.

Fuente: La República

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