jueves, 5 de noviembre de 2009

La huella de Maurice Béjart

Dos bailarines de la compañía de Maurice Béjart. | López-Li Films

Dos años después de su muerte

El documental 'El esfuerzo y el ánimo' descubre la compañía del coreógrafo. La cinta, dirigida por Arantxa Aguirre se estrenará en Madrid el próximo viernes 6 de noviembre

Madrid.-
El genio de Maurice Béjart sigue muy vivo. A escasos veinte días de cumplirse los dos años del fallecimiento de quien fuera uno de los más grandes de la danza del siglo XX, su espíritu continúa presente en su compañía, que ha decidido seguir adelante con el legado del maestro. Pero que no lo va a mantener bailando una y otra vez solamente sus coreografías, sino que, tras un periodo de dudas y desconcierto, ha optado por incluir nuevas obras de la mano de su actual director, Gil Roman. Como ocurrió recientemente con 'Aria', el primer estreno de la formación tras la muerte del maestro cuyo proceso de creación ha filmado Arantxa Aguirre en 'El esfuerzo y el ánimo'.

El documental, que desde el viernes podrá verse en el Pequeño Cine Estudio de Madrid, supone asimismo el debut como directora en solitario de Aguirre. Estudiante de ballet de niña en Madrid y de joven con Alicia Alonso en La Habana, llegó a hacer una prueba para la legendaria Mudra de Béjart en Bruselas.

Pero el convencimiento de que con la danza no alcanzaría sus sueños la derivó hacia el cine. Primero como meritoria o ayudante de directores consagrados, entre los que están Mario Camús y Pedro Almodóvar, para más tarde centrarse en el campo del documental, un territorio que "proporciona una libertad que no la hay en las películas de ficción", asegura Aguirre. Y que ahora le ha permitido reencontrarse con una compañía a la que conoció a finales de los años 70 del siglo pasado cuando llenaban palacios de deporte.

"Béjart siempre me ha deslumbrado", confiesa la directora. "Le considero un humanista de la mejor tradición europea, la que es abierta a todas las culturas, curiosa, inquieta y que siempre mira hacia delante, en vez de regodearse con su pasado". Lo contrario, por lo tanto, de lo que suele ocurrir con tantas compañías o escuelas que, cuando muere su maestro, se dedican a su culto mostrándose incapaces de crear algo nuevo.

Esta impresión fue la primera que sacó Aguirre cuando les vio a los pocos meses del fallecimiento. La directora se encontró con "una compañía huérfana, desamparada, que corría el riesgo de disolverse". Pero que "tras muchas reflexiones, siguiendo la impronta de Béjart, decidió mirar al frente" para cumplir los deseos del coreógrafo francés. Para ello contó con el respaldo de la gran mayoría de los bailarines, entre los que se encuentran los españoles Elisabet Ros y Héctor Navarro.

La película comienza con imágenes del homenaje al maestro que tuvo lugar en la Ópera de París. Luego sigue con opiniones de estudiosos de la danza y admiradores de Béjart, desde Farah Diba a un taxista, para desplazarse a la sede de la compañía en Lausanne.

Allí los bailarines y Roman hablan de su antiguo director, mientras comienzan los preparativos de 'Aria'. Así, las cámaras siguen el proceso de creación de una coreografía, los cambios que se producen hasta prácticamente las horas previas al estreno y la primera función, contemplada entre bambalinas, en Lausanne. Pero la cinta "no es una película sólo para los amantes de la danza", puntualiza Aguirre.

El documental es "una película que habla de que la voluntad, las ganas de superarse y el no desfallecer son cosas importantes que ayudan a conseguir cosas impensables". Por eso el título de la cinta; son cinco palabras sacadas de una sentencia de un Don Quijote despojado de la ventura por los encantadores pero que recomiendo no perder jamás el esfuerzo y el ánimo para pelear por lo que cree. Como les ocurre a los autores de documentales, un género muy en boga pero con escasa repercusión en España.

"Da lo mismo que una película sea buena o mala, nadie va a verla", asegura Aguirre que de momento sólo ha conseguido que una sala la exhiba una semana. Al contrario de lo que pasa en países como Suiza, Alemania, Rusia o Japón, más la televisión australiana, que ya han comprado la cinta sobre la compañía de Béjart dos años después de su muerte.

Fuente: El Mundo

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