viernes, 6 de noviembre de 2009

Insomnio en el Teatro Argentino

Mañana se presentará una obra de teatro experimental de siete horas de duración, a partir de las 23.30 y hasta las 6.30 del domingo. Una obra que juega con la percepción del tiempo, que desdibuja los límites de lo teatral hasta el extremo.

¿Acaso el arte avanza hacia la cura del mal de sueño? Insomnio (capítulos alrededor de la noche) es el nuevo emprendimiento teatral que desembarcará mañana en la sala Tacec (Centro de Experimentación y Creación del Teatro) del Teatro Argentino (51 e/ 9 y 10) bajo la dirección de Beatriz Catani, dramaturga, directora, actriz y docente teatral, egresada de Historia en la UNLP. Una obra y experiencia estructuradas en el tiempo, para “sentir el tiempo y atravesarse por él”, según prometen sus realizadores.

Insomnio es una obra de teatro cuya representación dura el tiempo que tarda en morir una cucaracha (una vez que ha sido aplastada). Y cuya textualidad se va componiendo, no con una historia, sino con una deriva de situaciones a partir de esa larga noche de insomnio.

La supervivencia de un animal, la cucaracha, que mientras tiene un ápice orgánico que la mantiene viva: “Su único sentimiento es la atención de vivir. La atención puesta solamente en vivir, ¿se dan cuenta?”, advirtió la directora. “A partir de esta idea, de su lenta agonía, empecé a pensar que la obra podría transcurrir durante toda la noche. ¿Podría volverse absolutamente real la actuación?”, agregó.

En la obra anterior de la compañía Finales, de aproximadamente 2 horas de duración, no existía final, sino un tiempo arbitrario donde se decidía “dejar irse” a los espectadores. Esa experiencia dio nacimiento a Insomnio, presentando una propuesta aún más radical extendiendo el tiempo real de una obra a la noche completa. En este caso, el inicio del día, la luz (que se filtra por la sala por los ventanales que dan al exterior), determinarán el final de la agonía y del insomnio.

En Insomnio es el tempo lo que estructura y da unidad y cohesión a la obra (el tiempo de la agonía de la cucaracha, el tiempo de la noche de insomnio). “Nos interesa poner en riesgo ideas de representación. Es decir, pensando en la idea de cierta debilidad de la ficción teatral, nos interesa apoyar esa ficción en una experiencia previa... experiencia que público y actores transitan juntos (el tiempo compartido/la temporalidad de la obra) y que desde allí surja la ficción teatral”, señalaron desde la compañía teatral.

Estructura

Cuatro personas están en la sala de paso de un teatro. Sin construcción de personajes, sino su propia estructura personal con distintos valores de energía y en la situación de una noche de insomnio. Ellos ponen en evidencia los mecanismos de invención, crean su propia historia al público, generando relatos y situaciones poéticas. Sin historia, sin construcción de personajes. Un espacio y cuerpos, sin otros recursos. Un texto sin argumento, ni luces, ni vestuario, ni cambios. La seducción del cuerpo produciendo actuación como suceso.

A estos cuatro intérpretes, se agregan algunos artistas invitados (que pasan por el espacio): cantantes líricos y otros actores que presentan escenas de otra obra que está en proceso de ensayo. La idea es que el lugar lo interrumpan personas que pasan, que no tienen que ver con esa ficción.

Este despojamiento del “artificio” teatral hace que, la palabra y el tiempo en el cuerpo del actor, sean los que generen la teatralidad, la ficción, la trama, el devenir.

La estructura del espectáculo se dividirá en un prólogo (“una cucaracha es aplastada. Propósitos para atravesar la noche”), luego un intervalo con cena, la segunda parte (fragmentos de Goethe y Godard), un intervalo con infusiones, la tercera parte (Pasolini) y más tarde otro intervalo con desayuno, hasta el epílogo (“Las vueltas. El final”). En la maratón actoral estarán en escena Magdalena Arau, Julieta Ranno, María Amelia Pena, Matías Vértiz, Germán Retola, Juan Manuel Unzaga y Sonia Stelman.

Insomnio propone instalar una relación particular entre público y obra, un “estar” casi en un mismo espacio de “escena” y “público”, percibiendo realmente el paso del tiempo hasta cuestionar e indagar límites de la representación. Pensar el teatro como un lugar para crear experiencias.

Fuente: Hoy

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