viernes, 27 de noviembre de 2009

El presidio fue una fiesta

Modelos, actores, músicos... todos a la cárcel del fin del mundo

USHUAIA (Especial).- En una noche fría, en la ciudad más austral del planeta, 250 personas se dieron cita en un antiguo presidio que alguna vez albergó a los delincuentes más temidos del país para? bailar. Fue el sábado último la Fiesta del Fin del Mundo, organizada por J&B.

El programa comenzó a las 20 en el puerto de Ushuaia, donde e l hombre cabeza de bola de espejos saludaba desde la cubierta de un catamarán, vestido íntegramente de amarillo (traje, camisa, corbata, zapatos y guantes) e invitaba a los pasajeros a sumarse al festejo, que por un par de horas se dividió en dos embarcaciones: en una el DJ era el modelo Matías Camisani; en la otra, el presentador televisivo Alejandro Lacroix.

Entre trago y trago, los barcos navegaban por el Canal de Beagle, mientras la modelo Déborah de Corral charlaba con su colega Iván de Pineda, la conductora Maju Lozano se reía con su novio, el RR.PP. Julián Vardé, y un poco apartado, el actor chileno Gonzalo Valenzuela miraba su Blackberry.

Al rato, los barcos pasaron junto al Faro de los Iluminados y después hicieron una parada en la isla Carello, donde los presentes pudieron constatar que en el fin del mundo hace mucho frío. Pero por suerte había varios fogones y unos gentiles presidiarios, con su riguroso traje a rayas, repartieron un poco de sopa en jarros de lata y rodajas de pan que ayudaron a resistir los escasos 7ºC. También se sumó la música de La Bomba de Tiempo, que con su percusión levantó el espíritu general.

Al rato, todos a bordo otra vez, para asistir a la fiesta del antiguo presidio, hoy devenido un atractivo turístico de la ciudad.

Un guardiacárcel daba la bienvenida en la puerta del pabellón 1. En el pasillo, los mozos bandejeaban tragos y canapés. A los costados, desde los calabozos, las estatuas de los presos miraban sombrías e invitaban, a su modo, a sacarse fotos con ellos. Ahí estaban, entre tantos otros, el escritor Ricardo Rojas frente a sus apuntes, y el Petiso Orejudo, que murió allí mismo, asesinado por sus compañeros del penal cuando descubrieron que había tirado en la estufa... el gato, que era la mascota de todos.

En el festejo alguien le hizo sombra al Petiso: fue él mismo, pero en versión 2009 de carne y hueso. Entre los personajes de la fiesta, resultó el más requerido para los flashes. También por la conductora Maju Lozano y su novio, el RR.PP. Julián Vardé. La conductora y el asesino serial cruzaron miradas enigmáticas.

En el hall central se sirvió la comida con productos del lugar: centolla y mousse de Calafate. Pasada la medianoche, el DJ Zeta Bossio se puso al frente de las bandejas y la pista cobró protagonismo. Además, a lo largo de la noche más personajes se sumaron al ritmo, como el conejo de Alicia en el país de las Maravillas, el hombre cabra y la mujer medusa.

Para los interesados en la historia del presidio, estuvo abierto el pabellón 5, adonde se podía entrar con una vincha con linterna para informarse un poco sobre el antiguo funcionamiento de la cárcel, que funcionó entre 1904 y 1947.

El evento es parte de la campaña Start a Party, con la que la marca de whisky busca demostrar que se puede realizar una fiesta hasta en los sitios más inesperados, como un castillo en Transilvania, o en el paisaje lunar de las cuevas de Capadocia, en Turquía.

Mercedes Monti

Fuente. La Nación

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