viernes, 13 de noviembre de 2009

Dos peronistas en busca de un actor

De la barba candado al bigote. En el flamante estreno cinematográfico Alicia y John, Portaluppi interpreta al legendario dirigente peronista John William Cooke, en la foto junto a Ana Celentano (Alicia en la ficción).

CARLOS PORTALUPPI FUE HOMERO MANZI Y JOHN WILLIAM COOKE

Desde Madrid, donde está de gira con una obra de Daniel Veronese, el popular actor de recordados personajes televisivos cuenta su nuevo trabajo.

Por Marcelo Pavazza

Como si de una carrera por sacar personajes fibrosos de la galera se tratara, en un solo año, Carlos Portaluppi interpretó en cine a Homero Manzi y John William Cooke.

“Sí, pasé de la barba candado de Manzi al bigote de Cooke”, bromea el actor desde Madrid, donde está de –exitosa– gira con la obra escrita y dirigida por Daniel Veronese El desarrollo de la civilización venidera.

Portaluppi atiende, amable, el llamado para hablar de Alicia y John, film documental dirigido por Carlos Castro, que se estrena hoy y es la sexta entrega de la serie Vidas argentinas que produce el Centro Cultural Caras y Caretas junto al INCAA.

Claro que el actor nacido en Corrientes viene imantado desde hace mucho, tanto sea en la pantalla grande como en el teatro o la televisión ¿O acaso aquel Dominici de Vulnerables o el Fabio de Vidas robadas hicieron otra cosa que quedar en la memoria del público? “A mí lo que me gusta es contar y participar de historias que sean contundentes”, dice Portaluppi. “Y creo que ahí está la validez de no hacer las cosas por puro entretenimiento. Me gusta hacer personajes que dejen huella, que abran un camino en el pensamiento y canales de expresión en mí para decir las cosas que quiero. Sí, tuve la suerte de hacer personajes que tuvieron llegada a la gente”.

Ahora podría decirse que la ecuación se invierte, ya que en muy pocos meses le ha tocado calzarse la ropa de dos figuras que –de manera dispar pero indiscutible– ya tienen un lugar asegurado en la historia argentina. “Dos peronistas casi como con un mismo origen, ¿no?”, interpela el actor que ya hizo de Manzi en Un poeta en la tormenta, y que desde hoy será el valiente John William Cooke, un dirigente que representó la manifestación más fuerte y valedera –además de ser la primigenia– de la llamada izquierda peronista.

Alicia y John cuenta el explosivo cruce de Cooke con Alicia Eguren (interpretada por Ana Celentano), traducido en un romance teñido de política y compromiso que acabó con la muerte de Cooke, en 1968, pasando por los años duros de la resistencia peronista tras 1955, la famosa fuga de Río Gallegos, el apoyo a la Revolución Cubana, el distanciamiento con Perón, la enfermedad y el triste final de Alicia a manos de la última dictadura militar.

–¿Qué es lo que más te atrapó del personaje?

–Que era muy consecuente con sus convicciones políticas. A más de uno le gustaría ver hoy en día a un político así. Murió muy joven, pero dejó una idea y una manera de hacer las cosas que dentro de las mismas filas del justicialismo deberían revisarse más seguido. Polémico o cuestionado, sostuvo sus ideas.

–Parecés experto en peronistas atípicos.

–Es verdad (se ríe), pero me gustó mucho interpretarlos, por el contexto que los rodeó, poder ubicarme en la época. En este caso, el film es netamente documental, y Ana y yo tuvimos que ir descubriendo a los personajes, quiénes eran. Lo que me atrapó como actor fue poder entender a estas dos personas pertenecientes a la izquierda más revolucionaria e intelectual del peronismo. No hay que olvidarse que Cooke, en un momento, tuvo todo el poder en el Partido, y que su palabra era la palabra de Perón.

–Al ser un documental, ¿es otra tu búsqueda actoral?

–Es que no dejo de inmiscuirme en la historia, pero el juego actoral que presentan estos films está bueno: es un gran desafío meterse en algo que es como una investigación periodística.

Puesto a reflexionar sobre los diferentes ámbitos donde puede desarrollarse el trabajo del actor, Portaluppi demuestra haber aprendido la clave de cada uno de ellos a fuerza de transitarlos: “La televisión tiene esa inmediatez que la hace única. En cine, tenés que economizar mucho más, ¡pensá que en pantalla una ceja tuya mide un metro! Y lo que más me gusta es el teatro, con esa comunión irrepetible que se produce entre el actor y el público. Siento que es como la madre de todo”.

Fuente: Crítica

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