miércoles, 11 de noviembre de 2009

Diva espiritual con los pies en la tierra

[lisa_ray_OK_1.jpg]
Canadiense-hindú. Ray tiene 37 años y rechazó el papel de heroína en el último film del agente 007.

LISA RAY ES ESTRELLA DE BOLLYWOOD

Para la industria del cine indiano, que produce unos mil films al año, es una figura venerada. Por primera vez en la Argentina, la actriz cuenta su lucha contra el cáncer.

Leni González

“Era muy tímida, muy tímida”, repite Lisa Ray, entre risas. Nunca había planeado ser modelo ni actriz. Quizás estaba en su karma y se dejó llevar por las circunstancias. “Era una oportunidad para viajar y tener aventuras. Nadie pensaba que iba a llegar tan lejos. Sí, tal vez fue una cuestión del destino”, dice la actriz de 37 años que visita por primera vez la Argentina e inauguró el viernes el ciclo de cine de la India.

Hija única de madre polaca y padre hindú, nacida y criada en Toronto, Canadá, a los 16 viajó a Bombay para conocer parientes. Caminaba por la calle y sus ojos felinos no pasaron desapercibidos. Ante la propuesta de empezar a modelar, aprovechó el año sabático antes de comenzar a estudiar periodismo en la universidad y aceptó. Pero al poco tiempo la familia entera sufrió un accidente automovilístico que dejó a su mamá en silla de ruedas. Sin embargo, ante la insistencia de los productores y la aprobación de sus padres, continuó una carrera que recién comenzaba.

“¡Era tan chica!”, recuerda sobre esa época. De un día para el otro pasó a ser una celebridad, una diosa viviente que casi no podía caminar por la calle, venerada por el público que adora a sus estrellas de Bollywood, la industria del cine indiano que produce alrededor de mil films al año. Esa vida de fiestas, viajes y glamour duró unos pocos años. Desde su primera película, Kasoor (Vikram Bhatt, 2001), conoció a mucha gente, trabajó sin pausa, aprendió y llegó al techo posible en ese país de más de mil millones de habitantes, el segundo –después de China– con mayor población del planeta. Pero Ray buscaba otra cosa. Y se fue a Londres a estudiar actuación. Nadie podía entender por qué había abandonado semejante altar para empezar de nuevo. Años después rechazaría ser la nueva chica Bond en Quantum of Solace, la última película del 007, papel que aceptaría la ucraniana Olga Kurylenko.

La idea de perfeccionarse surgió de Deepa Mehta, la directora de Bollywood-Hollywood (2002), el film que la lanza internacionalmente. Mehta volvería a dirigirla en Water (2005), por la que ganó el premio a la mejor actriz del Círculo de Críticos de Cine de Vancouver y fue declarada una de las más hermosas mujeres de la pantalla.

Acostumbrada a viajar permanentemente, hace dos años que reside en Toronto, donde vive su padre (la madre falleció el año pasado), y confiesa estar en “pareja estable” y no tener hijos.

–¿Usted es una hindú en Canadá o una canadiense en la India?

–Tomo de las dos culturas, no es blanco o negro. No me gusta definirme, pero si tuviera que hacerlo, estoy más cerca de la cultura hindú, el yoga, la meditación, la creencia en el karma, pero no son cosas que uno hable con la gente por ahí porque no todos lo entienden. Vivo en la sociedad occidental, a mil, rápido, y puedo conciliarlo sin confrontación, hago un balance o un equilibrio entre ambas partes.

–¿Cómo ve la situación de la mujer en India?

–Es muy compleja, en un país tan grande, con tanta diversidad y donde hay muchas diferencias entre la ciudad y los pueblos más alejados. Las mujeres de las ciudades viven más o menos como en Nueva York o cualquier otra parte. Hay veneración y hay represión hacia la mujer. Son diosas, pero también hay mucho machismo, si bien en los últimos años ha cambiado bastante.

En junio, Ray descubrió que padece mieloma múltiple, un tipo de cáncer que afecta la médula ósea y que suele darse a partir de los 55 años, es decir que no es común a su edad. Hablar sobre eso le hace bien, dice, y quiere que su celebridad sirva para difundir el tema. En tratamiento con quimioterapia y células madre, actualmente está trabajando para crear una fundación que permita a la gente de pocos recursos acceder a esta alternativa de regeneración y así lograr que se transforme en algo crónico y no fatal, si bien depende del tipo y el grado de la afección.

“Empecé a escribir el blog para que la gente sepa de qué se trata y cómo estoy porque temía ser criticada si volvía a caminar por la alfombra roja, temía que me juzgaran por mi apariencia. Está bien verse bella, pero eso no lo es todo”, dice Ray, que en www.lisaraniray.wordpress.com cuenta sobre este difícil camino que le toca atravesar. “Puedo ser esa persona glamorosa de las fotos y esta otra sencilla: ambas son reales y están integradas; es muy occidental pensar en cosas separadas, o sos una cosa u otra, porque no soy las 24 horas la misma y no me crea conflicto”, agrega, en un bar, sin maquillaje y vestida como cualquier chica que mira vidrieras. “Me encanta Buenos Aires. Quiero caminar, entrar a los negocios, comprarme ropa y comer asados”, dice, siempre con una sonrisa. “¿Y el yoga –pregunta de pronto– es popular aquí? Yo soy profesora y me gustaría dar algunas clases en el festival.”

Mientras espera el estreno de Cooking with Stella (Dilip Mehta) y Defendor (Peter Stebbings, con Woody Harrelson), Ray confiesa que, por ahora, no va a filmar porque quiere recuperarse y sentirse mejor. Ya llegará el momento de volver a leer guiones: “Me gusta mucho Fernando Meirelles (el director brasileño de Ciudad de Dios). Pero estoy muy contenta de las personas con las que trabajé y disfruto esto, no quiero estar pensando en mañana y mañana”.

–¿Le gustó Slumdog Millionaire, la película indobritánica de Danny Boyle que ganó el Oscar?

–Mmmm, sí, me gustó, pero no me pareció como para un Oscar. Es la visión de un extranjero, de alguien con una mirada ajena que no comprende del todo de qué se trata. Pero eso sí: sirvió, y mucho, para promocionar al cine de India.

En el festival de cine hindú

Además de gastronomía, danza, charlas y exposiciones, como parte del Festival de la India que se desarrolla en Buenos Aires hasta el domingo 15, puede verse una muestra de la producción de Bollywood en el Centro Cultural Borges (Viamonte y San Martín) a las 20, con entrada libre y gratuita. Hoy, El mundo que no se ve (Shamin Sharif, 2007), con Lisa Ray; mañana, El corazón es loco (Yash Chopra, 1997); el jueves, El viaje de una mujer (Pradeep Sarkar, 2007); el viernes, Esqueleto (Chandra Prakash Dwivedi, 2003); el sábado, Hay cosas que pasan (Karan Johar, 1998); y el domingo, La ilusión encantadora (Ketan Mehta, 1993). Los siguientes fines de semana del mes continuarán las películas, una oportunidad tal vez única para conocer algo más de esta cultura.

Fuente: Crítica

No hay comentarios: