sábado, 7 de noviembre de 2009

Cuba: Tres historias de un festival

De Argentina,Estados Unidos y Eslovenia llegaron a las salas del Bertolt Brecht y Hubert de Blanck, en esta edición del Festival de Teatro de La Habana, los conjuntos Sala 420, Infinite Stage y Mini Theater, elencos que con las obras Tiempo de Soja, Invierno bajo la mesa, y Macbeth after Shakespeare, respectivamente, demostraron una vez más la vigencia del lenguaje universal de la escena a pesar de provenir de contextos sociales y culturales tan disímiles.

AMELIA DUARTE DE LA ROSA
Foto:Tiempo de soja, por los argentinos de Sala 420

La puesta de los argentinos, quienes estuvieron en nuestro país en el 2005, desarrolla la historia de amor de Patora (Bubu Alegre) y Ñancul (Alejandro Orduna), dos jóvenes ciegos campesinos que intentan lograr una cosecha de soja (o soya, como conocemos esta leguminosa) en medio de bruscos cambios climáticos. Escrita y dirigida por Rubén Monreal, la obra cruza los intereses opuestos de los personajes con los problemas económicos, ecológicos, políticos y comunicacionales que enfrenta el mundo de hoy. En un escenario recreado en la vida campestre, las plantas de soja, el arado, el surco y la fumigadora; el espectáculo comprende algunos de los elementos que junto al vestuario y el lenguaje, connotan parte de la idiosincrasia gaucha y las vicisitudes de las relaciones de pareja.

Mientras Invierno bajo la mesa, escrita por el francés Roland Topor, estuvo a cargo de la directora norteamericana Leslie Felbain quien explicó, momentos antes de la puesta, haber preparado el montaje para este certamen.

La historia de Florence, una traductora de libros que por problemas económicos se ve obligada a rentar el pequeño espacio debajo de su escritorio a Dragomir —un inmigrante de Europa central— trae a la escena, con marcados matices de comedia, conflictos morales, romances e incertidumbres sociales. Los cinco personajes del elenco, Anna Moore (Florence); Aidan O¢ Shea (Dragomir); Gwynne Flanagan en el papel de Kat, la amiga rica; Jay Randall, el jefe de Florence; y Aaron Bliden, el primo músico de Dragomir que llega tiempo después, interpretaron entre melodías y sonrisas la obra cuyo ligero argumento divierte de la misma manera que destaca las desigualdades que existen en la sociedad industrial contemporánea. Sin embargo, a pesar de presentarse completamente en inglés, los movimientos físicos y el carisma de sus actores lograron el entendimiento con el público que ovacionó de pie las dos presentaciones de la compañía.

De igual manera recibió el reconocimiento la versión de Macbeth de los eslovenos dirigidos por Ibica Buljan. La lectura de Heiner Müller sobre el texto de Shakespeare destapa aspectos referentes a la hipocresía, la simulación y las conductas manipuladoras. Nueve personajes que ponderan la violencia y la agresividad sobre las tablas dimensionan el texto como catástrofe perpetua.

Durante casi dos horas el espectáculo se basa en el intenso trabajo físico de los actores que rompen indistintamente la llamada cuarta pared. La obra transgrede todo convencionalismo sobre el clásico y alcanza altos niveles de violencia sexual y verbal sustentados en un encomiable diseño sonoro y de luces.

El movimiento escénico en esta fiesta es intenso, los espectadores podrán seguir disfrutando el quehacer de compañías de Francia, Italia, Bolivia, España, México, Chile y Alemania que estrenan sus montajes en todas las sedes de la capital.

Fuente: granmaJustificar a ambos lados

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