martes, 3 de noviembre de 2009

Café astronómico en el Teatro Argentino de La Plata: conversaciones sobre los misterios del universo

En el año mundial de la astronomía

La ciencia como parte de la vida cotidiana. Una decena de mesas distribuidas en una sala del Teatro Argentino de La Plata, en las que se sirvieron cafés y medialunas, fue el escenario del encuentro entre el público y tres científicos. Los expertos respondieron a las inquietudes de la gente sobre los misterios del universo.

¿Cuántos años tienen las estrellas? ¿Es joven el sol? ¿Quién hizo el mapa actual de constelaciones? ¿Qué había antes del Big-Bang? En cada rincón del mundo, en el idioma que sea, las charlas de entre casa con amigos con estos temas como disparador de eternas y bizantinas discusiones tienen algo en común: carecen de respuestas. Sin embargo, esta semana, a los platenses le demandó apenas un esfuerzo participar de una charla tan amena como aquellas pero con respuestas. Una conversación, café de por medio, con astrónomos de la ciudad.

Una decena de mesas distribuidas en una sala del Teatro Argentino, en las que se sirvieron cafés y medialunas, fue el escenario del encuentro con los científicos Guillermo Bosch, Beatriz García y Gustavo Baume, quienes respondieron a las inquietudes de la gente sobre los misterios del universo. Una manera distendida, amena y divertida de acercar la astronomía a la gente: “La ciencia es parte de nuestra cotidianidad. Cuando lo comprendemos, cambia nuestras vidas”, dijeron los expertos, a modo de introducción.

–¿Es joven el sol? –preguntó un estudiante de Ingeniería en sistemas, apasionado por el cielo.

–Es de mediana edad. Tiene 5 mil millones de años y va a poder vivir en las condiciones actuales otros 5 mil millones de años más. Así que no tenés de qué preocuparte –bromeó uno de los expertos.

De a poco, los presentes, entre los que había personas de todas las edades y ocupaciones, dieron rienda suelta a la pasión y se animaron a preguntar.

–¿Por qué dice 'en las condiciones actuales'? –insistió el joven.

–Porque se supone que va a empezar a cambiar. El sol brilla porque tiene hidrógeno; es su combustible. Se dan reacciones que producen energía y eso lo mantiene luminoso. En algún momento eso se va a acabar y se van a producir cambios de estructura. No se va a apagar, porque habrá nuevos mecanismos de provisión de energía. Y se va a convertir en una estrella gigante de color rojo. Se lo va a llamar el “Gigante Rojo”. Pero también va a pasar que se va a consumir y se va a achicar la parte central. Posteriormente, se va a convertir en un enano blanco, muy chico, del tamaño de la Tierra, pero muy compacto.

Con pasión contagiosa el público se entusiasmó con los relatos, por ejemplo, que se cree que hay cuatro mil inventos que son parte de la vida cotidiana de todos, que provienen de la astronomía y la astronáutica. Por caso, que el extendido uso de la telefonía celular no nace para la comunicación de padres preocupados por la seguridad de sus hijos que todavía no volvieron a casa, sino por la necesidad de poder contactarse con astronautas en la Luna.

EN TODAS PARTES. “La ciencia está en todas partes. Es una actividad cultural más del hombre”, afirmó Beatriz García, que trabaja en el Observatorio Pierre Auger, de Malargüe, Mendoza. “Hay cosas que uno llama sentido común y conocimiento no formal, pero vienen de la experimentación; eso es ciencia. Entonces, si uno lo hace consciente, que eso que llamamos sentido común en realidad es aplicar un método o analizar una situación desde el punto de vista científico, ahí te das cuenta de que están haciendo ciencia, sólo que alguien te lo tiene que hacer notar y cuando lo consigue se puede aplicar ese método a todos los órdenes de la vida”, explicó.

Los cafés astronómicos surgieron con motivo de las celebraciones internacionales por el Año de la Astronomía y de las Noches Galileanas, en las que científicos de La Plata narran al público sobre sus inicios, cómo eligieron la carrera, en qué trabajan en la actualidad, además de responder las inquietudes de la gente.

“Nuestra idea prioritaria es abrir el Observatorio de la facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de La Plata (UNLP) a la gente, porque no lo conoce; no sabe el tesoro que tiene. No sabe que, por ejemplo, Buenos Aires no tiene un observatorio profesional como el de acá.

Entonces es importante que nosotros salgamos a contarlo”, señaló Roberto Venero, secretario de Extensión de la facultad. “Nos interesa que sepan que la astronomía es parte de la gente, que no es una cosa que estudia algo remoto, lejano, sino que está muy cerca de nosotros, que puede estar influenciándonos continuamente. Por ejemplo, la gente no sabe que cobra el sueldo una vez por vuelta de luna”, graficó, con sentido del humor.

Fuente: Diagonales

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