domingo, 22 de noviembre de 2009

Avanza la obra en el Teatro Colón

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Irreconocible sin las butacas, la primera imagen sin los andamios para restaurar los palcos.

LA RESTAURACION DEL HISTORICO EDIFICIO

La sala principal, ya sin andamios, entró en su etapa final. Y hay áreas casi listas.

Por: Eduardo Slusarczuk

La primera señal de que algo cambió en la obra del Teatro Colón desde aquellos calurosos días de febrero a estos no menos sofocantes de noviembre es que no hay sector del edificio en el que no haya alguien trabajando. La segunda, como consecuencia lógica, es la evidencia de que la obra avanza. Y a paso firme.

Durante una visita de algo más de dos horas, realizada ayer con el ministro de Desarrollo Urbano Daniel Chaín como guía, Clarín comprobó el estado de los trabajos de restauración de la sala principal, a punto de entrar en su fase final, el contraste entre las áreas casi terminadas del Salón Dorado y el foyer con las que aún esperan ser reparadas, y constató la convicción del funcionario de que se respetarán las fechas establecidas para la reapertura del Teatro. "Es que más allá de la decisión política o profesional, somos un colectivo de mil personas que trabajamos con una mística, sabiendo que estamos restaurando una joya", se jacta.

"En esta área hemos avanzado más de lo previsto", comenta Chaín, mientras invita a recorrer el Salón Dorado. Debajo del nivel del piso de madera, aún se ven los conductos que evitarán que los cableados ocasionales queden a la vista. Arriba, en cambio, las pinturas de los techos lucen casi su acabado final. Como sucede con las paredes y los dorados a la hoja de los ornamentos del ala de Tucumán, a diferencia de la de Viamonte, aún no intervenidas.

"Se hizo un trabajo de limpieza, intentando llegar a la capa original sin lesionarla", explica el ministro, quien descarta que se haya recurrido a tratamientos agresivos. "Cada paso, cada intervención de los artesanos es monitoreado por especialistas de cada área", dice.

Y rechaza con énfasis las críticas "de quienes ni siquiera visitaron el Teatro". "Decir, sin pruebas, que los trabajos se hacen sin un monitoreo adecuado es una imbecilidad. El procedimiento aplicado en cada intervención está siendo documentado en fichas que serán parte de un libro que estamos preparando con la Universidad de Buenos Aires. Porque constituyen un acervo extraordinario y un precedente de consulta para cualquier intervención futura", señala.

Una pequeña puerta en el medio de un cerramiento fijo de madera abre el acceso a la sala principal. Ya sin andamios, el piso recuperó su inclinación y todo parece ubicarse en su lugar. A los frisos restaurados y el manto del Arlequín listos desde la gestión de Gobierno anterior se le agregan ahora los frentes de los palcos, sus paredes llevadas al color original, y buena parte de los antepalcos casi terminados.

Justamente los entelados de los palcos, algunas alfombras y cortinas de paso son los primeros elementos agregados con los que se hicieron las primeras dos mediciones acústicas (el viernes se hará la tercera), sin butacas, además de las pruebas de laboratorio que definieron el tapizado de lana definitivo que se usó en su restauración. Según el ingeniero Rafael Sánchez Quesada, "hasta el momento, las mediciones dieron resultados satisfactorios".

Del otro lado del foso, el plato giratorio del escenario va recuperando su piso. "El mismo tipo de madera, con la misma densidad. Y va a volver a funcionar", acota Chaín. Atravesando el pasillo, la triple altura de los muros de hormigón que demarcan la nueva área de los talleres de escenografía impacta. Sin embargo, sus dimensiones no resolverían, según trabajadores del área, la pérdida de espacio que significa cambiar el destino de la Sala Benavente, de taller a sala de ensayo.

Chaín y el arquitecto Hernán Vela, que se suma a la recorrida, optan por apostar a una adecuación de las técnicas a las nuevas tecnologías. Y hablan de la modernización de la maquinaria escénica, la planta de luces, y la agilidad para que el escenario responda a distintos requerimientos. Discusión que será saldada cuando el teatro vuelva esté en pleno funcionamiento. Y para eso, todavía falta.

Fuente: Revista Ñ

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