martes, 10 de noviembre de 2009

Alfredo Sábat presenta su retrospectiva

En el MACLA

El artista expone en La Plata una selección de sus trabajos de los últimos 20 años

"Yo mismo me pregunto, más de una vez, como llegué a esto", dice el artista Alfredo Sábat. Con su "esto" puede referirse a la ilustración, la caricatura, el dibujo, la escultura u otras disciplinas a las cuales se dedica. Ese camino que recorrió desde que se recibió como diseñador gráfico, lo llevó a diferentes lugares y La Plata es uno de ellos: en el Pasaje Dardo Rocha inauguró la muestra Figuras y figuritas - dos décadas de dibujos y pinturas, que permanecerá abierta hasta el 22 de noviembre.

Antes de aterrizar en La Plata, la muestra pasó por el Centro Cultural Bernardino Rivadavia de Rosario, en mayo y junio.

"Es la primera retrospectiva que hago de lo que es mi trabajo de gráfica, de lo que salió en diarios y revistas desde hace 20 años, pero se concentra desde 1997 para acá y, principalmente, en los 10 años que trabajé en La Nación", cuenta el artista a Diagonales para presentar su propia exposición.

–¿Cómo fue la selección de sus trabajos?

–Haciendo un cálculo muy modesto y sólo de los últimos diez años, suponiendo que haya publicado 300 dibujos por año, en 10 años son 3000 dibujos, así que había mucho para elegir. No los conté, pero antes de hacerlo tenía la impresión de que no me iba a gustar nada, porque cuando veo las cosas viejas, digo "que horror". Pero me sorprendí de encontrar suficientes cosas que me gustaban. También pensé qué tenía en la cabeza cuando hice eso. Fue bastante conmocionante, me dejó golpeado porque veía trabajos y me empezaba a acordar lo bien o mal que estaba en ese momento y por qué hay cosas que uno archiva en la cabeza. Y ver también lo que pasó históricamente en el país, agarrarte la cabeza lo que te habías olvidado o tratado de olvidar, las cosas que pasaron por acá son increíbles y terminás diciendo "mejor seguir mirando para adelante".

El catálogo que elaboró el MACLA sobre esta muestra que se exhibe en sus salas 4 y 5 señala que "la obra de Sábat nos permite la posibilidad de una lectura crítica de lo social, no sólo liberada del reduccionismo y el determinismo, sino capaz de iluminar la experiencia misma del vivir social en su más honda trama: la de la creatividad". Este artista uruguayo, que reside desde chico en Buenos Aires, opinó sobre el párrafo que le dedicaron argumentando que como trabaja en un diario (La Nación) cumple una función informativa: "no tengo más remedio que trabajar como periodista, no hago cosas sólo para adornar páginas, tengo la obligación que lo que yo estoy diciendo tiene que ser entendido por una mayoría de gente y tiene que ser útil, explicándole como es una situación y dando una opinión. Pero al estar en un diario, no siempre podés explayarte con tu opinión, tenés que informar, por más que todo filtro deja su huella". Y agregó: "si lo que yo hago tiene una incidencia social, es como todo trabajo dirigido a una gran cantidad de gente, y yo lo que hago puede tener un mensaje social, no me pongo a pensar todas las implicancias de lo que hago, porque llega un momento que es una responsabilidad".

–Cuando no le encargan un trabajo, ¿qué quiere decir usted con lo que hace?

–Muchas veces ni vos sabés que querés decir. Cuando trabajás en un medio, tenés el imperativo que eso sea entendido, una especie de pauta que puede jugar a tu favor, podés mover la perilla para que sea más o menos comprensible. Pero por ejemplo, hay temas que vos tenés que ilustrar porque sos empleado, no sos el dueño del diario ni nada por el estilo y no tenés más remedio que cumplir con el encargo. Hay cosas que no son de tu agrado y lo tenés que hacer igual, y jugás en una especie de camino que puede ser leído de distintas maneras, el que esté a la derecha lo lee de una manera, el de la izquierda de otra, y puede ser que todos estén contentos pero sólo vos sabés que quiere decir. Pero cuando trabajás en tu casa, hacés lo que se te canta en los ratos libres, no tenés ninguna obligación en cuanto a comprensión, es sacarte algo que tenés adentro. Y a veces te preguntas “¿por qué estoy haciendo lo que estoy haciendo?”, pero hay cosas que son un misterio. La gran mayoría de los pintores y dibujantes, durante siglos, no hacían nada si no era por encargo, pero eso no quitaba que el tipo tenga su punto de vista personal, porque le pedían ese trabajo sabiendo lo que el tipo podía dar. En mi caso hay cosas que no sé por qué me gustan y las hago. Muchas de las cosas que estoy haciendo hacen referencia a un período histórico que no viví, como el de las pre guerras, el circo, el cabaret. Aún siendo aficionado a esos temas, no soy un especialista, lo termino siendo pero sin saber de donde me salieron, hay veces que es mejor no saber, como por ejemplo por qué te gusta la mujer que te gusta. Hacés las cosas que sentís que te salen, eso es lo que hay que hacer. Vas sacando una necesidad y punto.

La herencia.

–¿Su vocación nació de ver a su padre, Hermenegildo Sábat?

–A mí nadie me impuso nada, mi viejo no me dijo "quiero que hagas esto", pero sí me enseñó. Yo mismo me pregunto, más de una vez, como llegué a esto. Hay una cuestión que es el determinismo genético, mi bisabuelo, que también se llamaba Hermenegildo como mi papá, era profesor de dibujo en Uruguay, donde llegó desde España y publicó en Caras y Caretas, allá en el 1900. Mi abuelo fue maestro de castellano, mi viejo fue caricaturista, yo también, así que algo en la sangre debe haber. La otra explicación es que yo de chico crecí mirando al adulto que tenía más cerca y su trabajo era dibujar, para mi era lógico, aunque no es muy común un padre dibujante. Pero cuando uno es chico necesita sentirse grande y el modelo cerca es tu padre y vos vas repitiendo los gestos, las palabras y terminás haciendo las cosas que él hace. Todavía no tengo claro cuál fue el verdadero motivo. Fue un poco de todo. Puede ser que disfruté, disfruto y sigo disfrutando, me gano la vida haciendo lo que siempre me gustó. Haber podido hacer esto de nene y de grande, es una rareza, pero no me queda claro por qué. Puedo decir que mi padre me enseñó, pero no me explicó como hacer las cosas. Sigo aprendiendo de lo que hace mi viejo y también puedo ver lo que estoy haciendo, me doy cuenta que hacen referencia a lo que él hace y no trato de diferenciarme, lo que se hereda no se hurta, entonces bienvenido sea.

En su página de Internet (www.alfredosabat.com), el artista publicó un "proyecto personal" que decidió compartir y denominarlo como "algunos experimentos con música, llegando a hacer canciones, sus letras y hasta sus videos". Sobre el origen de esos trabajos, Sábat explicó que "fue una cosa rara, todos los dibujantes somos músicos frustrados, yo de pibe intenté aprender instrumentos y la música me agradeció, conmovida, que abandone. Pero en un momento que estaba en casa, y no tenía ningún proyecto atrayente con algo gráfico, estaba al cuete digamos, agarré la compu que tenía instalado un programa para armar canciones, me puse a experimentar y una cosa llevó a la otra". Alfredo Sábat le mostró las letras que compuso a su mujer y ella le dijo que tenía que hacer el video "para que esté el producto completo" y él le hizo caso: "salieron varias canciones que hago para divertirme, no con la intención de dedicarme a esto. Hoy cualquiera puede hacer música, sin dudas hoy en día la tecnología en buenas manos hace maravillas. Lo insólito fue que se lo mandé a dos o tres amigos y por la cuestión viral, de golpe, esto que había colgado para ellos, en dos semanas tenía 1025 visitas de gente que no sabía quienes eran. No es que me considere famoso, no le gané a nadie, pero es intimidante, porque hacés una cosa y se pasa de uno a otro, la tecnología tiene un poder que ahora entiendo por qué tanta gente se convierte en famosa".

–¿Y en su trabajo utiliza mucho la tecnología?

–Muchísimo, desde el punto de vista de la tecnología que de por sí hay en un medio gráfico. Podés hacer el dibujo en papel, eso se escanea para que se pueda imprimir, o lo hacés en la compu y es digital de origen. Un camino que elijas te da un camino de lenguaje. La tecnología es como una paleta, decidís que usar con lo que tenés adelante. De los trabajos que llevé a La Plata hay algunos con técnica en 3-D, otros de manera más tradicional porque es dibujo a línea pintado, hay que elegir el estilo para esa idea, porque no todos los lenguajes sirven para todas las ideas. Yo creo que no hay que caer en la tecnología por la tecnología misma, como lo que está pasando con la animación que todo es en 3-D y llega un momento que no entendés, hay que pensar más qué es lo que querés decir, más que elegir la técnica por la técnica. Yo empecé trabajando de manera tradicional y lo que ví por adelante mío es increíble y si te ponés a pensar qué va a pasar en 10 años no tenés idea. Los oficios que han desaparecido… yo no sé que va a pasar hasta con mi propio oficio de ilustrador, hasta hay gente que se pregunta si va a existir el diario. Yo tengo mis esperanzas de que así sea, porque la gente tiene más apego por lo físico que por lo tecnológico, por una cuestión cavernícola que se lleva adentro, de necesitar tocar, es como una sensación de pertenencia. Tute, el humorista, me planteó su miedo a que el humorista también desaparezca, porque desapareció en muchos medios. Yo crecí en los '70 y existían cualquier cantidad de revistas e historietas que hoy no existen más. Lo que preocupa es que ya no hay más modelos para despertar vocaciones, no están los Cali, Fontanarrosa, Quino, que estaban cuando yo crecí. Hoy, si no publican en un diario, no tienen en donde, por eso yo me considero un afortunado, porque sigo haciendo las cosas que disfruto, y tengo entendido que la gente también las disfruta pero el primero que tiene que disfrutar las cosas que hace es uno mismo.

Alfredo Sábat disfruta de esta exposición y en la que propone "una especie de túnel del tiempo, un ejercicio de memoria en el sentido amplio. Por ser mi primera retrospectiva, es como una carta de presentación. Sé que no tengo llegada a toda la gente, al publicar en La Nación hay gente que no me conoce. Entonces, esta muestra es el comienzo de un diálogo con más personas de las que uno está acostumbrado a tratar".

Fuente: Diagonales

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