martes, 17 de noviembre de 2009

Navokov de Lolita a Laura, el destape póstumo

ANNA GRAU | NUEVA YORK
Vladimir Nabokov, cazando mariposas | GETTY IMAGES

Este martes 17 de noviembre de 2009, quedará marcado a fuego en la memoria, dicen, por un «acontecimiento literario mundial». Cuando en las librerías triunfan Harry Potter, Dan Brown y los libros de autoayuda, aparece un original inédito de Vladimir Nabokov, el inmortal -pero desgraciadamente difunto- autor de «Lolita», «Fuego pálido» o «Ada o el ardor». Verá la luz «El original de Laura», basada en las notas para la novela que Nabokov dejó inacabada y con órdenes de ser quemada a su muerte. Le hicieron tanto caso como a Kafka o a su compatriota Gogol.

Y, sin embargo, «Laura» ha pasado tres décadas guardada bajo llave. La viuda del maestro, Vera, y su hijo Dmitri, que al presente cuenta 75 años, no sabían qué hacer con las 125 o 138 fichas -según las fuentes- en que Nabokov garabateó sus intenciones para esta novela. Era su método de trabajo habitual: llenar fichas y más fichas que se podía llevar con él a cualquier parte, y al final armarlo todo como un rompecabezas.

Lo malo es cuando no lo arma el autor, sino cualquier otro. Vera Nabokov murió en 1991 y para entonces las fichas de «Laura» seguían en una caja de seguridad en un banco suizo. Finalmente, el hijo se ha decidido a sacarlas y publicarlas, una decisión por la que ha recibido toneladas de atención, muestras de gratitud y algún que otro palo.El «joven» Nabokov se defiende alegando que la novela póstuma de su padre, o lo que se ha sacado en limpio de ella, es una obra magnífica y muy esclarecedora. Con esto no está ni mucho menos de acuerdo el novelista, poeta y ensayista Alexander Theroux, quien en una ya célebre reseña en «The Wall Street Journal» pone a caldo la obra, a quien la escribió y a su hijo.

Según Theroux, las fichas de «Laura» son de una desoladora decadencia. Llega a comparar al crepuscular Nabokov que las escribe con Lou Gehrig, una leyenda del béisbol americano, cuando Gehrig ya había contraído la espantosa enfermedad paralizante que desde entonces lleva su nombre. Como ejemplo de pérdida de facultades y de creciente torpor, Theroux destaca la elección de Hubert Hubert como nombre de un personaje con afición a importunar a las jovencitas con requerimientos sexuales.

Ideas a ciegas

¿Y no podría ser un guiño inteligente? Es difícil hacerse una idea a ciegas: la editorial Knopf ha tratado «El original de Laura» como material militar de alto secreto. Durante meses, para echarle un vistazo los especialistas tenían que acudir a una especie de cámara secreta sin posibilidad de reproducir nada ni de tomar notas. Ha habido varios strip-teases estratégicos. Martin Amis va a hablar en Nueva York un día antes de que el libro salga a la venta. No se han escatimado medios para mantener el suspense y la emoción.

¿Puede eso hacer que ciertos críticos sientan un impulso irrefrenable de pinchar el globo? Por lo que se sabe, esta novela sería algo así como la versión nabokoviana de lo último de Philip Roth, «Indignation». En ella, Roth da cuenta de los demonios de la vejez y de la frustración masculina ante el declive. Algo así les pasa a los vetustos y desagradables hombres que rodean a la joven, lozana, delgada -y promiscua- «Laura» de Nabokov. Significativamente, el título tentativo original, antes de que el autor lo cambiara, era algo así como «Morir es divertido».

Theroux y otros detractores no dejan de admitir que en las fichas hay destellos de la deslumbrante ironía nabokoviana, de su inteligente uso de la frivolidad, de su maestría para adentrarse en tortuosos laberintos eróticos sin perder el norte ni el tacto. Pero su veredicto final es que esta vez Nabokov ya chocheaba. Y que sus descendientes deberían tener la vergüenza de no exhibirlo. Hasta acusan a Dmitri Nabokov de escribir mal en el prólogo.

Un último detalle conmovedor: en la última ficha aparece una lista de todos los sinónimos imaginables de la palabra borrar, expurgar, eliminar, barrer, enterrar...todo lo que Nabokov quería que hicieran con su intimidad literaria y que, para bien o para mal, no se ha hecho.

Fuente: ABC

2 comentarios:

Unknown dijo...

Tu blog es un regocijo para el alma de los que amamos la cultura y el arte. Felicitaciones.

Teatro Independiente La Plata dijo...

Gracias Alicia, te agradezco mucho la calidez de tu comentario, esta bueno estar acompañado de tan buena gente. Saludos y bienvenida.